Vaca Muerta explica el superávit, pero enfrenta riesgos globales
El desempeño de Vaca Muerta fue determinante para el resultado del comercio exterior argentino en 2025. La formación no convencional alcanzó niveles récord de producción, explicó el 74% del superávit comercial acumulado en los primeros once meses del año y consolidó al sector energético como uno de los principales generadores de divisas del país.
Según datos oficiales y estimaciones privadas, el petróleo y el gas shale ya representan más del 70% de la producción nacional, mientras que las exportaciones energéticas rondaron los USD 10.000 millones hasta noviembre. El saldo positivo del sector superó los USD 6.900 millones, con una mejora significativa respecto a 2024 y un peso clave dentro de la balanza comercial general.
Sin embargo, especialistas y empresarios advierten sobre nubarrones en el horizonte, principalmente vinculados al escenario internacional. La caída del precio del crudo, con un Brent que perforó los USD 65 por barril y proyecciones más bajas para 2026, podría moderar el ritmo de expansión e inversión, aunque no pondría en riesgo el superávit energético.
En ese contexto, referentes del sector coinciden en que la competitividad dependerá de mayor productividad y reducción de costos, en un país que volvió a ser tomador de precios internacionales. Aun así, varios actores consideran que Vaca Muerta sigue siendo rentable incluso con valores internacionales moderados.
Las grandes compañías ratificaron sus planes de inversión. YPF anunció un aumento del 20% en su presupuesto para 2026, mientras que empresas como PAE, Vista Energy, Pampa Energía y Tecpetrol avanzan con proyectos de petróleo y gas, infraestructura y exportación de GNL. El desafío, coinciden, será sostener el financiamiento y el ritmo de obras en un escenario global más incierto.

