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Un nuevo sospechoso en el caso Nora Dalmasso, a 19 años, la Justicia decide sobre la investigación

 

El juez de Control ha rechazado la solicitud de prescripción de la causa, pero ha ordenado un juicio para esclarecer la «verdad histórica». La familia Macarrón tiene exigencias específicas y se plantean las consecuencias para Roberto Bárzola, el principal acusado.

Tras la absolución de Marcelo Macarrón en 2022, el crimen sigue sin resolver y la causa estaba próxima a prescribir. Gracias a la insistencia de la familia, se reabrió la investigación. En 2024 apareció un nuevo sospechoso, reavivando el interés en el caso ocurrido el 26 de noviembre de 2006 en Río Cuarto.

El juez Diego Ortiz denegó recientemente la prescripción del caso, a pesar de la solicitud de la defensa de Bárzola, el parquetista cuyo ADN coincidió con el hallado en la bata utilizada para estrangular a la víctima. Ortiz argumentó que la imputación del hijo y el esposo de la víctima como querellantes había afectado el derecho a la defensa y la identificación de los responsables, lo que justificaría suspender el conteo de la prescripción.

A pesar de esto, el juez permitió que se prosiga con el juicio por la verdad histórica, algo que la familia Macarrón ha apelado: ellos demandan un juicio ordinario para buscar una condena real.

La abogada de los Macarrón, Ángeles Mussolini, expresó que el juicio por la verdad solo establecería la culpabilidad de Bárzola sin imponer una pena, dejando el crimen impune. La apelación será evaluada por la Cámara Segunda del Crimen de Río Cuarto, que decidirá en breve si la acepta o la rechaza. Si es rechazada, los representantes de la familia podrían recurrir a instancias superiores, incluyendo la Corte Suprema de Justicia de la Nación y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

La familia considera la decisión del juez como un triunfo y mantiene la esperanza de que se logre firmar el rechazo de la extinción de la acción penal.

Roberto Bárzola, el nuevo sospechoso, se vio implicado tras la aparición de su ADN en el cinto de la bata que causó la muerte de Nora. El fiscal Pablo Jávega había instado a continuar la búsqueda de evidencia y, tras analizar más de 150 muestras genéticas, se confirmó que una de ellas pertenecía a Bárzola, quien estuvo presente en la casa de Dalmasso durante la semana del asesinato y fue imputado por abuso sexual seguido de muerte.

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