River busca resetearse tras la caída de Boca y apunta a la Sudamericana
La eliminación de Boca generó repercusiones directas en River, ya que confirmó que el equipo de Marcelo Gallardo no jugará la Copa Libertadores 2026 por primera vez en once años. En Núñez asumían desde hace semanas que ese escenario era una posibilidad concreta, consecuencia de un año para el olvido, y ya trabajaban sobre ese diagnóstico. Aunque la derrota del eterno rival nunca pasa desapercibida, puertas adentro nadie vivió la situación como un festejo.
En el club entienden que la ausencia en la Libertadores es responsabilidad propia, resultado de un 2025 irregular en todos los frentes. Con el River Camp casi vacío por el inicio de las vacaciones, predomina una sensación de preocupación por no haber cumplido ninguno de los objetivos previstos. Al mismo tiempo, dirigentes y cuerpo técnico ven en esta crisis una oportunidad para resurgir y recomponer la identidad futbolística del equipo.
El escenario competitivo también ofrece una ventaja temporal: la Copa Sudamericana comenzará en abril, lo que permitirá una planificación más extensa y un trabajo de pretemporada más profundo que el que exige la fase inicial de la Libertadores. En la intimidad consideran que ese tiempo adicional será clave para reorganizar el plantel y apuntalar las incorporaciones.
Sin embargo, River sabe que disputar un torneo de menor envergadura conlleva una obligación ineludible: ser protagonista y llegar a las instancias decisivas. Para Gallardo, el desafío será reconstruir un equipo que vuelva a conectar con el hincha y encuentre, en medio de la turbulencia, un punto de partida para una nueva etapa.

