Neil Armstrong, el hombre que llevó a la humanidad a la Luna
El 25 de agosto de 2012, a los 82 años, falleció Neil Armstrong, el primer ser humano en caminar sobre la superficie de la Luna. Su nombre quedó grabado en la historia el 20 de julio de 1969, cuando al descender del módulo Apolo XI pronunció la célebre frase: “Un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad”.
Nacido en 1930 en Ohio, Armstrong mostró desde joven una pasión por el vuelo: obtuvo su licencia de piloto a los 16 años, incluso antes de conducir un automóvil. Sirvió como aviador en la Guerra de Corea, y luego fue piloto de pruebas de aviones experimentales para el Comité Nacional Asesor para la Aeronáutica, antecedente de la NASA. En 1962 ingresó al programa espacial y en 1966 participó en la misión Gemini 8, que lo llevó a orbitar la Tierra.
Su templanza bajo presión y capacidad para resolver problemas lo convirtieron en el líder ideal del Apolo XI, la misión que cumplió el sueño de pisar la Luna. Junto a Buzz Aldrin y Michael Collins, Armstrong protagonizó uno de los momentos más trascendentes del siglo XX. Mientras Collins permaneció en órbita, Armstrong y Aldrin recolectaron muestras, realizaron experimentos y plantaron la bandera estadounidense en el Mar de la Tranquilidad.
Tras el regreso, los astronautas fueron recibidos como héroes y realizaron una gira por 24 países, en la que el alunizaje fue celebrado como un logro de toda la humanidad. Armstrong se retiró de la NASA en 1971 y se dedicó a la docencia universitaria en ingeniería aeroespacial, además de ocupar cargos en diversas empresas.
Por su contribución, recibió la Medalla Presidencial de la Libertad en 1969 y la Medalla de Oro del Congreso en 2009. Hasta el final de sus días mantuvo un bajo perfil, aunque su figura continúa siendo símbolo de exploración, ciencia y valentía.
Neil Armstrong dejó un legado eterno: fue el hombre que abrió la puerta al espacio y mostró que lo que parecía imposible podía convertirse en realidad.
