Milei–Trump: una relación atípica que redefine el vínculo entre Argentina y EE.UU.
La relación entre Javier Milei y Donald Trump ha abierto una etapa inédita en el vínculo entre Argentina y los Estados Unidos. Lo que comenzó como una sintonía personal y un intercambio público de elogios evolucionó hacia un giro estratégico en la política de Washington hacia América Latina, con efectos concretos en la economía y la posición internacional argentina.
Desde el inicio de su mandato, Milei buscó de forma activa fortalecer su cercanía con la administración republicana. Viajes frecuentes a Estados Unidos y reiteradas muestras de admiración hacia Trump consolidaron un vínculo que fue más allá de las formas diplomáticas tradicionales. Del otro lado, el expresidente estadounidense se mostró receptivo: elogió públicamente al mandatario argentino y avaló su programa económico, adoptando una postura casi tutelar.
Esa sintonía se volvió política de Estado el 22 de septiembre, cuando el secretario del Tesoro, Scott Bessent, afirmó que “todas las opciones de estabilización de Argentina están sobre la mesa”. La declaración anticipó un movimiento más profundo. La administración Trump impulsó un paquete de apoyos condicionado, que incluyó una posible línea de swap por hasta u$s 20.000 millones, intervención para contener el mercado cambiario argentino y préstamos de bancos estadounidenses por u$s 7.000 a 8.000 millones. Estos respaldos quedaron explícitamente sujetos al resultado de las elecciones legislativas del 26 de octubre, en las que La Libertad Avanza se impuso con el 40,7% de los votos.
Lejos de detener ahí el acercamiento, el 13 de noviembre Washington anunció un acuerdo comercial marco amplio, que reforzó el alineamiento bilateral y disipó dudas sobre el alcance del respaldo estadounidense. El Gobierno celebró el anuncio como un avance histórico.
Este relanzamiento de la relación debe observarse en un contexto regional marcado por reacomodamientos ideológicos y electorales. En contraste con el distanciamiento con Brasil —donde Trump reaccionó a la condena de Jair Bolsonaro con medidas arancelarias—, la Casa Blanca aplica una estrategia combinada de presión e incentivos económicos en momentos en que países como Bolivia, Chile y Paraguay atraviesan cambios políticos significativos. El giro a la derecha en Bolivia con la elección de Rodrigo Paz y el posible triunfo de José Antonio Kast en Chile, según las encuestas, forman parte del panorama que Washington sigue de cerca.
Para Argentina, esta nueva etapa ofrece oportunidades y riesgos. Si bien el apoyo político y financiero de Estados Unidos representa un respaldo clave para el Gobierno, el alineamiento también depende de una dinámica interna argentina que no siempre coincide con la lógica estratégica de Washington. En este escenario, la relación entre Milei y Trump se convierte en un factor central de la política exterior argentina y un mensaje de alcance continental.
Fuente: Ámbito

