Los países de América Latina que habilitaron la reelección indefinida
La reciente reforma constitucional en El Salvador, que permite a Nayib Bukele postularse sin límites y extiende el mandato presidencial a seis años, revive un patrón que ya se vio en la región: líderes con amplio apoyo popular cambian las reglas para perpetuarse en el poder.
Expertos advierten que en regímenes presidenciales, a diferencia de los parlamentarios, la reelección ilimitada suele ser sinónimo de autocratización, ya que concentra poder y debilita las instituciones democráticas.
Países que modificaron su Constitución para permitirla
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Venezuela: Hugo Chávez impulsó la reforma en 2009, permitiendo su permanencia hasta su muerte en 2013. Su sucesor, Nicolás Maduro, continúa en el poder, en un país considerado hoy autoritario.
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Nicaragua: Daniel Ortega gobierna de forma ininterrumpida desde 2007, tras un fallo judicial que anuló los límites constitucionales. Actualmente es señalado como dictador por la comunidad internacional.
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Ecuador: Bajo Rafael Correa se habilitó la reelección indefinida, aunque tras su salida del poder se restablecieron límites.
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Bolivia: Evo Morales buscó perpetuarse mediante una interpretación del Tribunal Constitucional, pese a que un referéndum había rechazado su propuesta. Su intento derivó en crisis política y su renuncia en 2019.
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El Salvador: Bukele logró en 2025 una reforma exprés aprobada por su Asamblea Legislativa, que ahora le permite gobernar sin límite de mandatos.
Riesgos y consecuencias
En todos los casos, las reformas ocurrieron cuando los presidentes contaban con mayorías legislativas y control judicial. Esto debilitó la independencia de los poderes y, según analistas, abrió la puerta a derivas autoritarias.
Los ejemplos de Venezuela y Nicaragua muestran que la reelección sin límites consolidó regímenes autocráticos, mientras que en Ecuador y Bolivia las reglas se revirtieron tras la salida de los líderes que impulsaron los cambios.
En contraste, países como Colombia han frenado intentos similares gracias a cortes constitucionales fuertes, que en 2010 bloquearon el plan de Álvaro Uribe de buscar un tercer mandato.
La experiencia regional sugiere que la reelección indefinida suele poner en riesgo los signos vitales de la democracia, ya que los mandatarios que buscan perpetuarse tienden a controlar instituciones y restringir libertades.

