Lavado III: Nuevos pedidos de detención a involucrados en la causa
La Justicia Federal continúa con la investigación del destino de los fondos nacionales remitidos a la provincia para la construcción de viviendas sociales entre 2011 y 2015.
El primer detenido de la saga fue el entonces intendente de Villa Río Bermejito: Lorenzo Heffner, junto a su cuñada, la presidente del Concejo Municipal: Rosana Giménez, el esposo de ésta y exsecretario de Gobierno: José Hipperdinger, y sus hijos Adrián, Silvia y Adriana.
Aunque el gobernador Domingo Peppo resistió la destitución de Heffner y la intervención de la Municipalidad, estas medias salieron como por un tubo en la Legislatura y no tuvo más remedio que plegarse “ante el hecho consumado”. De todos modos, se sabía de antemano que el Gobierno no extrañaría a uno de sus intendentes más controvertidos.
Pero después fue el turno del intendente de Juan José Castelli: Oscar Alberto Nievas, hermano del ministro de Gobierno y Justicia: Martín Nievas, que se agarró con uñas y dientes de la inmunidad y logró “convencer” a 5 de los 9 concejales para evitar el arresto. Por mensajito de texto, Nievas pidió licencia hasta el 1 de enero, para amortiguar el impacto y enfriar la intervención de su Intendencia, que ya se cocinaba en la Legislatura. Y como último recurso apeló a un habeas corpus que le duró un fin de semana.
El Gobierno y los intendentes habían cerrado filas para bloquear las detenciones que ya veían venir, pero la caída de Nievas demostró que no alcanza con el blindaje del artículo 195 de la Constitución Provincial, desbaratado por la Cámara Federal de Apelaciones.
El propio Beto Nievas, que semblanteó a sus colegas en un encuentro con Peppo, había admitido que los intendentes estaban “muy preocupados”, y que él no era el único sino que había al menos otros “doce que están en la misma situación”.
Según el fiscal federal Patricio Sabadini, la matriz de corrupción implementada originalmente en Villa Río Bermejito por la dupla Heffner-Hipperdinger, se había exportado no sólo a Castelli, sino a varios municipios de la zona, a los que la Nación destinó los desaparecidos fondos.
Por eso se sabe que hay más intendentes en la cornisa, varios ya anunciados con nombre y apellido. Y algunos ya pusieron en marcha su estrategia para escapar del alcance de la Justicia Federal o al menos sacar unos días de ventaja para pasar Navidad en familia.
Después del fracaso de la “inmunidad” y el “habeas corpus”, el Plan C es enfermarse. Varios ya hicieron consultas médicas y estudios de alta complejidad, incluso a costilla del Insssep, para detectar patologías imposibles de tratar en cautiverio, y ya reservaron cama en algunos sanatorios privados.
Al parecer hay una peste brava que ataca a jefes comunales. Estas son las consecuencias de no cuidar “la salud”. Bien decían las abuelas: “Más vale prevenir que curar”. Pero en costos políticos, y parafraseando, “el remedio es más caro que la enfermedad”.

