«La menor que falleció fue víctima de un sistema que no sale al rescate de éstas niñas madres»
Así lo afirmó Rolando Nuñez, del Centro Mandela. La muerte de la madre niña aborigen representa el fracaso de un sistema.
En declaraciones radiales, el abogado Rolando Nuñez, del Centro de Estudios Nelson Mandela, se refirió a la dolorosa situación de la menor originaria fallecida este miércoles en el hospital Perrando, por un gravísimo cuadro luego de dar a luz un bebé que falleció a las pocas horas.
La menor, se llamaba Rupercia, tenía apenas 13 años y pertenecía a la etnia wichí. Su bebe nació el martes por cesárea, prematuro y con hidrocefalia, y sólo vivió una hora. Ella murió por una falla multiorgánica, producto de una neumonía que padecía, desnutrición crónica y anemia. Cursaba la semana 28 de embarazo. Era de la pequeña localidad de El Sauzal, dependiente del Sauzalito.
«No tenía chances de que sobreviva. La falla multiorgánica era enorme. Ese es el detalle mayúsculo que pone en evidencia un largo fracaso, no de éste gobierno, sino de muchos gobiernos, en la aplicación de las políticas de programas sociosanitarios en gran parte del territorio chaqueño, pero especialmente en El Impenetrable» destacó Rolando Nuñez; y señaló que la zona más vulnerable es El Impenetrable, ya que presenta los indicadores más negativos de la Argentina desde el punto de vista social, económico, sanitario y educativo.
Según la costumbre formaría parte de la cultura aborigen considerar mujer a la niña a partir de su primera menstruación. Para cambiar éste pensamiento es necesario concientizar sobre los derechos. Razón por la que el Programa de Salud Reproductiva es de suma importancia.
Cabe recordar que la niña que falleció estaba en concubinato hace 2 años con un joven que en la actualidad tiene 19 años. Es decir que a los 11 años ya estaba viviendo en pareja. Su madre había muerto y sólo tenía a su padre. Al hospital llegó en compañía de una hermana de 15 años que apenas hablaba castellano.
«Estuvimos hace 2 meses pasando por Sauzal, el Puesto Sanitario no tenía médico», detalló Nuñez. «Había una médica hasta hace un tiempo. El día que estuvimos, el Puesto Sanitario a cargo de un enfermero no tenía agua, porque se descompuso el sistema y no tenía ambulancia; y lo que puede hacer un enfermero es lo básico de atención sanitaria; el resto tiene que derivar, y derivaba para El Sauzalito, que está a 30 kilómetros al norte de El Sauzal», indicó.
«Cuando la complejidad de las patologías son múltiples, a los niños, adolescentes y adultos indígenas, desde El Sauzalito se los deriva al Hospital del Bicentenario General Güemes de Juan José Castelli, caminos pesados, arenosos que cuando llueve no se pueden transitar, ambulancias que se rompen, choferes que no están capacitados para manejar esas ambulancias tan modernas y se rompen. Es un combo perfecto, para que éstas comunidades estén absolutamente desprotegidas y sin asistencia. Esa es la realidad» dijo Nuñez.
Expresó además que «la niña que falleció fue víctima de una forma de vida de las comunidades indígenas y de todo un sistema que no sale al rescate de éstas niñas madres».
«Fue derivada dos veces al Hospital de Castelli. Ahora la pregunta: ¿No encontraron nunca que la niña acarreaba una desnutrición crónica, que estaba anémica, que contenía enfermedades varias por esa situación?» reclamó. Y agregó que «sistema tiene una perversidad extraordinaria. Es una máquina de picar carne».
Radio Visión Sáenz Peña.-

