La CGT marchará contra Milei mientras negocia con Kicillof
La CGT confirmó su participación en la marcha del 7 de agosto en San Cayetano, en una nueva señal de oposición al gobierno de Javier Milei, al tiempo que mantiene su presencia en el Consejo de Mayo, donde busca influir en temas como modernización laboral junto a funcionarios, empresarios y gobernadores.
La movilización, convocada originalmente por movimientos sociales y sindicatos combativos, tendrá un fuerte contenido crítico hacia la administración nacional. La cúpula de la CGT busca así recuperar un perfil opositor, presionada por sectores internos que la acusan de tibieza, como ocurrió recientemente con la marcha contra Sturzenegger y la instalación de 30 ollas populares.
Al mismo tiempo, la central obrera enfrenta tensiones políticas con el gobernador Axel Kicillof, quien redujo de tres a uno los lugares prometidos a la CGT en la lista de diputados nacionales para las elecciones del 26 de octubre. Pese a haber manifestado su apoyo al proyecto político del mandatario bonaerense, los sindicalistas se retiraron de la reunión en La Plata con desencanto y malestar.
Todo esto ocurre mientras se consolidan alianzas estratégicas en el Consejo de Mayo. Allí, el representante de la UOCRA, Gerardo Martínez, articula con la UIA una propuesta para reducir el “costo argentino” sin afectar los derechos laborales. Para la CGT, el problema está en los impuestos y no en los salarios: “El costo argentino no incluye el salario ni los derechos constituidos”, sostienen.
En cuanto a las candidaturas, el nombre con más consenso en la CGT para ocupar el único lugar que quedó disponible es el de Héctor Daer, aunque también suenan otros como Sergio Palazzo (Bancarios) y Vanesa Siley (SITRAJU), respaldados por el kirchnerismo.
La presión de otros sectores gremiales, como el de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, suma más tensión. Ambos buscan lugares para sus referentes en las listas o, en su defecto, ingresar funcionarios al gabinete bonaerense como forma de compensación.
Mientras tanto, la CGT insiste en tener participación activa en las listas legislativas provinciales y municipales, especialmente donde han logrado normalizar sus regionales, con la idea de no limitarse a la militancia electoral. “Queremos recuperar poder”, advierten desde la central obrera, aunque con poca fe en lograrlo.

