Juicio por Maradona: Un médico declaró haber tenido sedado a Diego por 24 horas por pedido de Luque y Cosachov
El médico Fernando Villarejo, jefe de terapia intensiva en la Clínica Olivos, reveló que sedó a Maradona durante 24 horas a pedido de los ahora imputados Leopoldo Luque y Agustina Cosachov, en completo desacuerdo con esta medida.
Mientras estuvo internado en la Clínica Olivos después de su cirugía cerebral, Maradona atravesó días que presagiaban lo que sucedería más tarde en su internación domiciliaria en Tigre, donde murió el 25 de noviembre de 2020, rodeado de médicos encargados de su cuidado y recuperación.
En el sanatorio Vicente López, Luque y Cosachov ya habían tomado algunas decisiones cuestionables respecto a la salud de Maradona. Villarejo, quien atendió al astro en las horas siguientes a su operación, recordó que Maradona estaba inquieto y quería irse a casa, resultando «inmanejable». Esta situación preocupaba a Luque y Cosachov, quienes admitieron al testigo que Maradona era difícil de manejar conductualmente por alguna abstinencia, solicitando colaboración.
Villarejo recordó que le pidieron sedarlo para ayudar a desintoxicarlo, pero él se opuso firmemente y registró su desacuerdo. Explicó ante el tribunal que uno de los motivos para sedar a un paciente es iniciar un proceso de abstinencia o desintoxicación, manteniéndolo profundamente sedado y reduciendo la dosis gradualmente durante varios días.
El jefe de terapia intensiva enfatizó que para él la sedación no era lo adecuado y sugirió un equipo multidisciplinario para manejar la situación. No obstante, se tomó la decisión de sedar a Maradona. Se le instaló un catéter venoso, no sin dificultad, y lo mantuvieron sedado 24 horas. Villarejo advirtió que para revertir un proceso de abstinencia se requiere un enfoque más prolongado y estructurado.
Ante la ausencia de un plan para tratar la abstinencia después de la sedación, Villarejo comenzó a despertar gradualmente a Maradona: decidió bajar la dosis porque sentía que no había un horizonte claro. Insistió en que se necesitaba un equipo multidisciplinario para un manejo adecuado.
Al llegar el momento de la externación, Villarejo recomendó que Maradona fuera atendido en un centro de rehabilitación con un equipo multidisciplinario en lugar de una internación domiciliaria. Argumentó que Maradona tenía episodios de exaltación psicomotriz y a veces se mostraba excitado, malhumorado y agresivo, lo que requería un trato integral en una instalación con los profesionales adecuados.
