Policiales 

Inseguridad: una joven fue empujada a una zanja y le robaron la moto en un violento asalto

La inseguridad volvió a golpear con fuerza en la madrugada del domingo en el barrio Carpincho Macho de la ciudad de Resistencia. Diana Muñiz, una joven vecina de la zona, fue víctima de un violento asalto a mano armada cerca de las 4:15 a.m., cuando dos delincuentes la interceptaron mientras circulaba en su motocicleta.

Según su testimonio, los atacantes —que se movilizaban en una moto Honda Wave negra— la amenazaron con lo que parecía ser un arma, le ordenaron detenerse y, sin mediar demasiadas palabras, la empujaron con fuerza hacia una cuneta. «Sentí que me estaban siguiendo. Los vi en el retrovisor y me paralicé cuando uno me apuntó», relató Diana, aún conmocionada por el episodio.

La joven cayó al suelo con una lesión en el tobillo y vio cómo los agresores se llevaban su motocicleta, una Corven azul. Intentó suplicarles que al menos le dejaran su mochila, donde tenía sus documentos personales, pero recibió como única respuesta un empujón violento. “Me trataron como si no fuera nada, como si mi cuerpo fuera solo un obstáculo en su camino”, expresó.

Aunque la policía arribó al lugar unos diez minutos después, según el testimonio de la víctima, los ladrones ya habían huido. Fueron dos jóvenes que pasaban por el lugar quienes la asistieron en primera instancia. Más allá del robo, lo que más angustia a Diana y a su familia es la sensación de impunidad que persiste. Aseguran que uno de los sospechosos ya fue identificado y tiene antecedentes por delitos similares.

“La policía ya sabe quién es. ¡Incluso allanaron su casa en otra ocasión y recuperaron objetos robados! Pero lo dejaron libre”, denunció la madre de Diana. La joven logró reconocer a uno de los agresores en una rueda de reconocimiento, y esta semana fue citada por la Fiscalía para colaborar con la investigación. Sin embargo, la moto aún no aparece.

Este nuevo hecho de inseguridad no es un caso aislado. En varios barrios de Resistencia, los vecinos coinciden en una misma sensación: los delincuentes son conocidos, viven entre ellos, y sin embargo siguen en libertad. “Las comisarías los devuelven como boomerangs”, señaló un residente del barrio Barberán.

El caso de Diana Muñiz reaviva el reclamo por mayor presencia policial y decisiones judiciales firmes. Mientras tanto, la pregunta resuena entre los habitantes de la ciudad: ¿cuántas víctimas más serán necesarias para que las calles dejen de ser un territorio sin ley?

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