Gobierno rechazó el documento del G20 y estalló la tensión
La decisión del Gobierno argentino de no acompañar el documento final de la Cumbre de Líderes del G20 en Johannesburgo abrió una nueva grieta diplomática y generó reacciones inmediatas en el Congreso.
Según informó Cancillería en un comunicado difundido este sábado, el país rechazó el texto por considerar que se violó la regla de consenso del foro y por diferencias con el enfoque adoptado sobre el conflicto en Medio Oriente, un punto especialmente sensible en la agenda internacional.
Una decisión que rompe con la tradición multilateral
El comunicado oficial sostuvo que “para la Argentina resulta esencial preservar la regla del consenso como fundamento de la legitimidad de las decisiones adoptadas en el marco del G20”. Y remarcó que, pese a “varios días de negociaciones constructivas”, el país “lamenta que se haya decidido considerar como aprobada una declaración sin el consenso de todos los miembros del foro”.
La postura fue más allá y cuestionó directamente la orientación del documento final, especialmente en relación al conflicto entre Israel y Palestina. Según Cancillería, “Argentina se diferencia del enfoque parcial reflejado en el documento, que omite el contexto regional y las causas estructurales subyacentes del conflicto”. Para el Gobierno, esa omisión dificulta cualquier camino hacia “un proceso de paz genuino, sostenible y equilibrado”.
El foro, integrado por diecinueve países y dos organismos regionales, mantuvo tensiones internas desde el inicio de la cumbre. En los días previos, Estados Unidos ya había rechazado referencias al cambio climático y criticado los compromisos sobre ayuda a países en desarrollo para la transición energética. En ese contexto, una fuente de la Presidencia admitió a un medio nacional que la gestión de Javier Milei está haciendo “causa común con Estados Unidos”.
Qué contenía el documento rechazado
El texto del G20 planteaba la determinación de trabajar“por una paz justa, integral y duradera en Sudán, la República Democrática del Congo, los Territorios Palestinos Ocupados y Ucrania”. Además, reafirmaba que la Carta de las Naciones Unidas es el marco central para evitar el uso de la fuerza y resolver disputas por vías pacíficas.
Otro punto clave del documento era el alerta sobre los riesgos que generan las “tensiones geopolíticas” y “medidas comerciales unilaterales” para la disponibilidad de minerales críticos, insumos estratégicos para la transición energética global.
Reacción inmediata en el Congreso
La respuesta política interna fue veloz. Uno de los primeros en pronunciarse fue el diputado nacional Esteban Paulón, de Encuentro Federal por Santa Fe, quien presentó junto a Mónica Fein un proyecto de resolución para rechazar la posición del Ejecutivo.
Paulón cuestionó con dureza tanto la ausencia del Presidente de la Nación en la cumbre como la postura diplomática adoptada: “AUSENCIAS QUE HABLAN. La ausencia de Javier Milei en la Cumbre de líderes del G20 en Sudáfrica se suma a una larga lista de ausencias en cumbres regionales y globales donde Argentina supo ser una voz relevante. Hoy se suma este desdén de la Cancillería argentina hacia la declaración final. Tenemos que recuperar una visión multilateral y de cooperación con todas las naciones, y dejar de lado el seguidismo bobo hacia los dictados de Donald Trump”, expresó.
El proyecto presentado en Diputados destaca su “rechazo a la decisión del gobierno de la República Argentina de no suscribir el documento final” y manifiesta preocupación por las “reiteradas ausencias” del Presidente en foros multilaterales. Además, recuerda que, a lo largo de gobiernos de distintos signos políticos, Argentina mantuvo una política exterior orientada al multilateralismo y la defensa de los derechos humanos.

