Economia 

Gobierno enfrentara 60 días de tasas altas y actividad débil

El Gobierno se prepara para dos meses complejos en materia económica, con tasas de interés cercanas al 60% anual, un dólar bajo presión y un contexto electoral que condiciona los movimientos financieros. Solo un triunfo claro en la provincia de Buenos Aires podría aliviar la tensión de los inversores y mejorar el clima cambiario; de lo contrario, este escenario podría mantenerse hasta octubre.

Las tasas altas impactan directamente en las cuentas del Tesoro. Según estimaciones de Equilibra, la carga de intereses se incrementó en 1,3 billones de pesos de agosto a febrero de 2026, equivalentes al 0,13% del PBI. Los bancos, ante el costo elevado del dinero, redujeron los préstamos, afectando principalmente a empresas, aunque se mantuvo el financiamiento a través de descuento de cheques electrónicos, que ahora pasó del 35% al 50% anual.

En cuanto a la actividad económica, los últimos datos del INDEC muestran una caída de 0,7% en junio respecto a mayo, mientras que la industria retrocedió 3,3% en julio interanual, según FIEL, dejando la mejora acumulada del año en apenas 1,7%. Esto refleja un estancamiento generalizado y riesgos de que la recuperación en “V” se transforme en una “W” si se profundizan los problemas.

El Gobierno también enfrenta presiones políticas y de confianza. El reciente escándalo por supuestas coimas en la compra de medicamentos podría complicar la comunicación con los mercados y generar un impacto negativo en la percepción de los inversores, aunque aún no se considera un “cisne negro”. Además, la tensión legislativa, conocida como “riesgo Congreso”, quedó en evidencia con la anulación de un veto y la aprobación de leyes de gasto adicional sin definir fuentes de financiamiento, lo que aumenta la incertidumbre fiscal.

El ministro Javier Milei y su equipo sostienen que, tras consolidar resultados en las elecciones legislativas, las tasas podrían normalizarse, pero la presión sobre el tipo de cambio y el financiamiento continuará mientras no haya señales claras de estabilidad.

En este marco, la economía argentina enfrenta un periodo delicado, marcado por alta inflación, tasas de interés elevadas, un dólar volátil, desaceleración de la actividad y riesgos políticos que podrían prolongar la incertidumbre hasta finales de 2025.

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