Gobernadores preparan nueva cumbre en el CFI
La tensión entre el Gobierno nacional y los gobernadores provinciales sube un nuevo escalón. Luego del duro traspié del oficialismo en el Senado, donde se aprobaron los proyectos para la distribución automática de ATN y del impuesto a los combustibles, la Casa Rosada activó un operativo de contención: llamadas privadas, contactos de último momento y promesas de diálogo que, por ahora, no alcanzan para frenar la ofensiva federal.
La reacción provincial no se quedó en el Senado. En los próximos días, los mandatarios fijarán la fecha para una nueva reunión cumbre en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), donde confluirán peronistas, radicales, ex Cambiemos y libertarios disidentes. El armado que nació del malestar por el “destrato” de la Nación ahora avanza con una hoja de ruta compartida.
En esa mesa estarán desde Axel Kicillof (Buenos Aires) y Gildo Insfrán (Formosa), hasta Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Sergio Ziliotto (La Pampa). Todos coincidieron en que la falta de diálogo, la pérdida de fondos y el manejo centralista de los recursos encendieron las alarmas.
La Casa Rosada, por su parte, evitó hasta ahora convocar a una reunión formal, aunque autorizó encuentros informales como el organizado por Nicolás Pino, titular de La Rural, con la participación de Francos y varios gobernadores.
Aunque desde el entorno de Caputo negaron llamados específicos, se admitió que existen contactos por temas de gestión. También reapareció Guillermo Francos, el interlocutor más aceptado por las provincias. Sin embargo, eso no significa que los gobernadores vayan a retroceder. “Los proyectos ya fueron aprobados en el Senado. No hay marcha atrás”, dijo uno de los mandatarios consultados. En varias provincias aseguran que el Ejecutivo busca negociar en paralelo para evitar una nueva derrota, especialmente en Diputados, donde la pulseada por el veto al paquete previsional aún no está resuelta.
Además, hay ruido interno. El corrimiento del consultor Santiago Caputo y el avance de Karina Milei con la expansión de La Libertad Avanza en el interior alteraron los ánimos. Uno de los casos más tensos es Corrientes, donde la relación entre Gustavo Valdés y la Nación quedó al borde de la ruptura.
Más allá del conflicto coyuntural, los gobernadores empiezan a pensar en el mediano plazo. Varios de ellos, especialmente del PRO y la UCR, analizan la posibilidad de conformar un nuevo espacio político con impronta federal, dejando atrás la etiqueta de Juntos por el Cambio.
Ese armado podría incluir también a figuras del peronismo no kirchnerista, con la idea de disputar poder real en el Congreso y, eventualmente, proyectar una candidatura nacional en 2027. “Demostramos que tenemos número suficiente para imponer acuerdos en la Justicia o incluso pensar en un juicio político”, advirtió uno de los gobernadores.
El clima sigue tenso, y el Ejecutivo sabe que el parate legislativo por el receso invernal será una oportunidad para recomponer vínculos. Pero en las provincias ya no esperan gestos: quieren fondos, autonomía y respeto político.

