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Fuerza Patria evitó la ruptura, pero el cierre de listas desnudó el clima interno del PJ

Tras una jornada frenética y una negociación que bordeó la ruptura definitiva, Fuerza Patria logró sostener la unidad y cerrar sus listas para las elecciones en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, el acuerdo alcanzado en la madrugada dejó al descubierto la fractura interna del peronismo bonaerense, con heridas que aún sangran y un clima espeso que anticipa una campaña compleja.

Poco antes de las 3 de la mañana, luego de múltiples amenazas, presiones cruzadas y una desconfianza mutua que se intensificó durante las últimas 48 horas, se selló el entendimiento. La alianza que integran el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), La Cámpora y el Frente Renovador logró cerrar listas unificadas en las ocho secciones electorales.

Según confirmaron voces clave del oficialismo, Gabriel Katopodis encabezará la lista de senadores por la Primera Sección Electoral, mientras que Verónica Magario liderará la nómina de diputados por la Tercera Sección. Ambos nombres habían sido impulsados por Axel Kicillof y resistidos durante buena parte del día, pero finalmente fueron aceptados como parte de un acuerdo pragmático.

Estos son los candidatos para Senadores provinciales en la Primera, Cuarta, Quinta y Séptima Sección

En las horas siguientes, cerca de las 5 de la mañana, se confirmaron los nombres de quienes liderarán el resto de las listas seccionales:

  • Segunda Sección: Diego Nanni
  • Cuarta Sección: Diego Videla
  • Quinta Sección: Fernanda Raverta
  • Sexta Sección: Alejandro Di Chiara
  • Séptima Sección: María Inés Laurini
  • Octava Sección: Ariel Archanco

La mayoría de estos referentes responden al MDF, el espacio más cercano al gobernador. Aunque todavía resta conocer la cantidad de candidatos “entrables” que tendrá cada sector, en La Plata interpretan este resultado como una victoria de Kicillof, al menos en términos simbólicos.

Una unidad forzada que no resuelve la crisis

El acuerdo final llegó tras una noche tensa, que dejó expuesta la falta de cohesión del peronismo bonaerense. Entre las 19 y las 22 horas, varios dirigentes daban por rota la alianza. La orden de Carlos Bianco a los intendentes fue clara: «Prepárense para armar listas en todos los municipios».

La negociación fue atravesada por reproches entre sectores. Desde La Cámpora acusaron a Kicillof de haber forzado la ruptura al desdoblar elecciones. Desde el entorno del gobernador apuntaron a Máximo Kirchner por dilatar los acuerdos y filtrar nombres para condicionar la definición. “Pretenden definir todo. Axel se plantó”, afirmaron desde el kicillofismo.

La desconfianza entre ambos espacios fue total. La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, actuó como negociadora camporista en medio de un clima enrarecido, mientras que Sergio Massa asumió un rol de mediador para evitar una implosión definitiva.

Un apagón y una tregua simbólica

La tensión del sábado tuvo incluso un componente simbólico: un apagón afectó a la Legislatura bonaerense, al Anexo de Diputados y a la sede de la Junta Electoral. En ese contexto, el peronismo solicitó una prórroga de dos horas para cerrar las listas.

Mientras la luz se apagaba en los edificios institucionales, en los pasillos de la Gobernación las acusaciones cruzadas continuaban. “Ventilan nombres para embarrar todo”, señalaban desde el entorno de Kicillof. “No quieren ceder nada”, retrucaban desde el cristinismo.

La fractura que se oculta detrás del acuerdo

La unidad alcanzada no resuelve la crisis interna. Lo saben todos los actores involucrados. “El peronismo está roto”, admiten en privado dirigentes de los distintos espacios. La falta de un proyecto político común, la ruptura de vínculos personales y la desconfianza generalizada marcaron cada paso del proceso.

El cierre de listas fue un acto de supervivencia. No una demostración de fortaleza. La unidad se impuso por la necesidad de enfrentar al oficialismo nacional en mejores condiciones, no por convicción ni por síntesis política. El Día del Amigo terminó siendo el telón de fondo de un acuerdo sin afecto.

Fuerza Patria llega a la campaña sin fractura formal, pero con una alianza debilitada. El impacto real del cierre se medirá con el tiempo. Por ahora, lo que quedó claro es que la tregua no resuelve los conflictos subyacentes del peronismo bonaerense.

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