Economia 

Existen dudas de que la baja en el combustible se mantenga

Miguel De Paoli, una figura destacada en el sector de combustibles de Resistencia, explicó que la reciente disminución del 4% en el precio de los surtidores responde principalmente a factores internacionales, como la caída en el valor del barril de petróleo, descartando que se trate de medidas impulsadas localmente. Además, criticó la ausencia de una política energética consistente en Argentina.

El referente señaló que, al igual que esta reducción actual, un eventual aumento en el precio del barril se reflejaría en un incremento de los combustibles a nivel local. También atribuyó el ajuste de precios a una estrategia oficial para contener la inflación, aunque destacó que las dinámicas internacionales son las que marcan la tendencia futura para los próximos meses.

De Paoli puso en perspectiva el impacto real de los combustibles sobre los precios de la economía doméstica. Según él, si el argumento de que el aumento de la nafta eleva todos los precios fuera cierto, entonces con esta reducción del 4% debería haber una baja generalizada, lo cual no sucederá. Comparó esta situación con lo que ocurre en Paraguay, donde una política fiscal estable y menores impuestos permiten mantener el precio del litro de nafta súper en 6.000 guaraníes, cerca de 1.000 pesos argentinos.

Por otro lado, destacó cómo la apreciación del peso frente a otras monedas regionales ha transformado las dinámicas de consumo transfronterizo. «Hace unos años, los vecinos cruzaban a Argentina para cargar combustible; ahora la situación es inversa», comentó. Sin embargo, subrayó un aspecto alentador en el mercado local: el aumento constante en las ventas de combustibles premium, lo que él percibe como un signo de leve recuperación en el poder adquisitivo.

De Paoli también señaló un cambio en el panorama económico regional, donde bienes y servicios en países limítrofes han comenzado a abaratarse comparativamente, un escenario muy distinto al de tiempos pasados cuando las diferencias de precios eran altamente significativas.

En cuanto al avance del sistema de autodespacho en estaciones de servicio, De Paoli expresó dudas sobre su viabilidad. Citó como ejemplo el proyecto piloto de Shell en Buenos Aires para implementar estaciones autoservicio, cuestionando el incentivo para los usuarios: «Si el costo del litro es el mismo que en una estación con atención personalizada y además implica bajarse del auto, manipular la máquina y no recibir servicios adicionales como limpieza del vidrio, ¿quién lo va a preferir?»

Para él, este modelo sólo será sustentable si representa un ahorro significativo para los consumidores. «Sin un beneficio claro en términos económicos, esta inversión no tendrá retorno», concluyó.

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