Escándalo en Avellaneda: Independiente y la U de Chile, bajo la lupa de la Conmebol
El partido entre Independiente y Universidad de Chile, válido por los octavos de final de la Copa Sudamericana, terminó en una de las noches más violentas que se recuerden en el fútbol continental. Los incidentes ocurridos en el estadio Libertadores de América-Ricardo Bochini obligaron a la Conmebol a cancelar el encuentro y abrir un expediente disciplinario que podría derivar en sanciones históricas.
Según trascendió, ambos clubes están expuestos a posibles descalificaciones de la competencia y hasta a la exclusión de torneos internacionales durante 2026. En ese escenario, Alianza Lima, que debía enfrentar al ganador de la serie, avanzaría directamente a semifinales.
La noche dejó un saldo de al menos 19 heridos de distinta gravedad, algunos con fracturas y otros apuñalados, además de 98 detenidos, la mayoría hinchas chilenos. Las imágenes de la barra de Independiente ingresando a la tribuna visitante para agredir a los rivales recorrieron el mundo, así como el estremecedor momento en que un simpatizante de la U debió lanzarse al vacío para escapar de la violencia.
La Conmebol, en un comunicado oficial, repudió los hechos y afirmó que “actuará con la mayor firmeza”. Por su parte, Gianni Infantino, presidente de la FIFA, pidió “sanciones ejemplificadoras” y expresó apoyo a las víctimas. Desde los gobiernos también llegaron críticas: Gabriel Boric, mandatario chileno, condenó los hechos y envió asistencia diplomática a los heridos, mientras que en Argentina se cruzaron la Nación y la Provincia de Buenos Aires sobre quién debió garantizar la seguridad.
En el plano dirigencial, el presidente de Independiente, Néstor Grindetti, viajó a Paraguay junto a parte de la comisión directiva para “defender los intereses del club” y aseguró que la responsabilidad principal fue de la parcialidad visitante. Desde la U de Chile, en cambio, apuntaron contra la organización del Rojo y exigieron castigos severos.
Con el partido ya cancelado, el futuro deportivo de ambos equipos se definirá en los escritorios de Luque, donde la Comisión Disciplinaria de la Conmebol evaluará sanciones que marcarán un precedente.

