El peronismo atraviesa su mayor crisis y debate un nuevo ciclo
El peronismo vive una crisis de representatividad sin precedentes y enfrenta un proceso de redefinición interna que marcará su futuro político. La fuerza opositora llega debilitada al tramo final del año, con riesgo de perder influencia en el Congreso y con tensiones crecientes entre los distintos sectores que la integran.
La situación se agravó por la falta de una conducción nacional clara, lo que generó negociaciones horizontales, acuerdos frágiles e internas cada vez más expuestas. En este escenario, el rol de Cristina Kirchner aparece como uno de los mayores focos de conflicto: detenida por la condena en la causa Vialidad y con participación política limitada, conserva un sector fiel —principalmente La Cámpora— pero su liderazgo muestra signos de agotamiento.
Dirigentes del espacio coinciden en que el 2026 será decisivo para definir el lugar de la exmandataria en la estructura del movimiento. Gobiernos provinciales como los de Axel Kicillof y Ricardo Quintela ya vienen marcando diferencias y reclamando un cambio de ciclo que dé paso a nuevas figuras y a un proyecto actualizado.
Mientras tanto, la relación entre Kicillof y La Cámpora atraviesa un momento crítico. Desde La Plata afirman que el sector camporista “sobreactúa alineamiento” y que maniobró para trabar la aprobación de la ley de Endeudamiento, profundizando la desconfianza. En el Gobierno bonaerense creen que se busca debilitar al gobernador en plena negociación legislativa, lo que revive tensiones similares a las del cierre de listas en 2023.
Los gobernadores del PJ, por su parte, impulsan una agenda más federal, reclaman mayor peso en el Congreso y piden dejar atrás la lógica “ambacentrista” que atribuyen al kirchnerismo. La discusión por la conducción de los bloques legislativos será un termómetro clave de ese reacomodamiento.
Pese a los intentos por sostener la unidad, las diferencias internas crecen. En un contexto donde todos desconfían de todos, el peronismo enfrenta el desafío de evitar una ruptura que fortalezca aún más al oficialismo de Javier Milei.

