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El Gobierno toma el plan israelí como modelo económico

El Gobierno nacional apuesta a consolidar el “súper peso” y adopta como referencia el plan antiinflacionario de Israel de 1985, con la intención de iniciar un proceso de re-monetización de la economía y una recuperación sostenida del crédito. Según el Banco Central (BCRA), la estabilización monetaria será la base para recomponer la demanda de dinero y acumular reservas a partir de 2026.

El vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, explicó ante inversores que el esquema argentino contempla tres fases: estabilización, transición de régimen y re-monetización. En la primera, desarrollada durante 2024, se fijaron metas monetarias estrictas para reducir la inflación y eliminar el exceso de pesos en circulación. La segunda, proyectada para 2025, buscará levantar los controles cambiarios y avanzar hacia un régimen más flexible de tasas e intervención en el mercado.

Werning reconoció que este proceso puede generar “dolencias de corto plazo”, debido al ajuste en precios relativos y a la volatilidad cambiaria. Sin embargo, confía en que la recuperación de la demanda de dinero permitirá mantener estable el tipo de cambio dentro de las bandas mensuales del 1%, esquema que Milei prometió sostener hasta 2027.

La tercera etapa, prevista para 2026, será la de re-monetización, cuando se espera una reactivación del crédito y acumulación de reservas. El director del BCRA, Federico Furiase, señaló que el “punto anker” marcará ese cambio estructural: el momento en que los bancos prefieran financiar al sector privado en lugar de renovar deuda del Tesoro. Según explicó, “la economía se reactiva, la inflación baja y los pesos vuelven a circular en crédito productivo”.

Furiase subrayó que hoy la cantidad de pesos en la economía “es irrisoriamente baja” —el M2 privado representa solo el 6% del PBI, muy por debajo del promedio histórico—, pero confía en que la normalización económica permitirá una expansión monetaria sin presiones inflacionarias.

El modelo israelí, tomado como guía por el equipo económico, combinó en 1985 una reducción drástica del déficit fiscal, un control del tipo de cambio, y la desindexación de contratos, con apoyo externo del Tesoro de Estados Unidos. A partir de esa base, Israel logró estabilizar su moneda, fortalecer las reservas y sostener el crecimiento.

Para los economistas locales, la estrategia argentina busca replicar ese equilibrio entre estabilidad y expansión, limitando la emisión monetaria y reforzando la autonomía del Banco Central, con la expectativa de que la desinflación y el crecimiento puedan avanzar de manera conjunta.

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