El Gobierno anuló el acuerdo con China por un radar de observación en El Leoncito
El Gobierno de Javier Milei desactivó un proyecto impulsado por el Partido Comunista Chino para instalar un nuevo radar de observación espacial en El Leoncito, provincia de San Juan. El convenio, firmado durante la gestión kirchnerista, había vencido este año y la Casa Rosada resolvió no renovarlo.
El radiotelescopio, conocido como CART (Radiotelescopio Argentino-Chino), iba a ser el segundo de su tipo en el país, luego del instalado en Neuquén, cuya presencia ya generó inquietud en Estados Unidos por su posible uso militar. Aunque presentado como un proyecto científico, el radar dependía directamente del aparato estatal chino y estaba bajo control del Partido Comunista.
Desde el inicio de la gestión libertaria, el Ejecutivo evaluó los términos del convenio y decidió frenar el ingreso de materiales provenientes de China que estaban destinados a completar la obra. “Los envíos tenían irregularidades y ninguna autoridad china se hizo responsable de ellos”, indicaron fuentes oficiales.
Además, el Gobierno resolvió no renovar el acuerdo que vinculaba al CONICET con la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), lo que dejó sin efecto el proyecto. La universidad sanjuanina lamentó la decisión y defendió la iniciativa como un esfuerzo de cooperación científica de más de tres décadas junto a la Academia de Ciencias de China (CAS) y el Observatorio Astronómico Félix Aguilar.
El proyecto, valuado en unos 350 millones de dólares, contemplaba una antena de 40 metros de diámetro y un reflector secundario de más de cuatro metros. Sin embargo, su estructura y alcance generaban preocupación internacional. Analistas y el propio gobierno estadounidense habían advertido que el sistema podía ser utilizado con fines estratégicos y no solo de observación astronómica.
El exembajador estadounidense Marc Stanley fue uno de los más críticos: “Me sorprende que Argentina permita que las Fuerzas Armadas chinas operen en Neuquén en secreto, haciendo quién sabe qué”, expresó en su momento.
Con esta decisión, el Ejecutivo argentino busca limitar la influencia tecnológica y militar del régimen chino en el país, y reafirmar su alineamiento geopolítico con Estados Unidos.
