El 6 de agosto se recuerda a los veterinarios y su aporte al cuidado animal y público
El 6 de agosto, Argentina conmemora el Día del Veterinario, un homenaje a estos profesionales que se dedican no solo a la salud de nuestras mascotas, sino también al bienestar de todos los animales y la seguridad alimentaria de las personas. Esta celebración tiene su origen en el inicio de las clases de veterinaria en el país en 1883, lo que marcó un hito en esta esencial profesión.
El Instituto Agrícola Santa Catalina en Llavallol, Buenos Aires fue el punto de partida donde 17 estudiantes se propusieron estudiar una carrera que en ese entonces era prácticamente nueva en Argentina. Gracias a innovadores como Eduardo Olivera y docentes con formación europea, se establecieron las bases de lo que hoy conocemos como la Facultad de Agronomía y Veterinaria de La Plata. Desde los primeros graduados en 1887, la veterinaria ha evolucionado hasta convertirse en una carrera con miles de profesionales en el país.
El médico veterinario Javier Aranda destaca que su profesión abarca mucho más de lo que se suele pensar. Según él, existen diversas especialidades dentro de la veterinaria, y cada aspirante comienza a definir su camino durante la formación. Mencionó que los veterinarios están presentes en diversos ámbitos: desde el cuidado de animales de compañía, pasando por la producción, hasta la salud pública, involucrándose en áreas como zoonosis, vectores y bromatología.
Aranda explicó que en el ámbito de los vectores se trabaja en la prevención de enfermedades transmitidas por mosquitos como la leishmaniasis, o la rabia en murciélagos. En bromatología, veterinarios controlan la calidad de los alimentos en su producción y distribución. También intervienen en frigoríficos para asegurar un proceso de faena ético y seguro, enfatizando que detrás de cada producto cárnico en los supermercados hay un trabajo veterinario significativo.
El veterinario manifestó su orgullo por ejercer esta profesión, destacando la conexión única que se establece con los animales. «Con solo observar, podemos intuir lo que les sucede, ya que ellos no pueden comunicarnos su dolor», afirmó, resaltando que aunque se utilizan métodos para llegar a un diagnóstico, esta conexión es fundamental.
Aranda también mencionó que la experiencia permite a los veterinarios tomar decisiones difíciles en momentos críticos. «A veces, prolongar la vida de un animal solo causa más sufrimiento», comentó, haciendo alusión a estos momentos difíciles en que deben decidir lo mejor para el animal involucrado, lo cual también les afecta emocionalmente.
Finalmente, Aranda aconsejó consultar siempre al veterinario ante cualquier problema que presente un animal, resaltando que el veterinario constituye una parte esencial de la familia.

