Día del Estudiante y de la Primavera: origen y tradiciones del 21 de septiembre
Cada 21 de septiembre, Argentina celebra de manera simultánea el Día del Estudiante y el Día de la Primavera, dos conmemoraciones que, aunque coinciden en la fecha, tienen orígenes diferentes.
El Día del Estudiante busca honrar a los jóvenes dedicados al aprendizaje y la formación profesional. Su origen se vincula con Domingo Faustino Sarmiento, considerado “el padre del aula” por su impulso a la educación en el país. Sarmiento falleció el 11 de septiembre de 1888 en Asunción, Paraguay, y sus restos llegaron a Buenos Aires el 21 de septiembre. Cuatro años después, en 1892, Salvador Debenedetti, alumno universitario y presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras, propuso homenajearlo celebrando el Día de los Estudiantes, inicialmente con lecturas de sus textos y actividades académicas.
Por otro lado, el Día de la Primavera celebra el inicio de la estación caracterizada por el rebrote de flores y el aumento de temperatura tras el invierno. El comienzo de la primavera coincide con el equinoccio, momento en que el día y la noche tienen casi la misma duración. En Argentina, se adoptó de manera convencional el 21 de septiembre, aunque en 2025 el equinoccio ocurrirá el 22 de septiembre a las 15:19.
La llegada de la primavera se ha celebrado a lo largo de la historia. En la antigua Grecia, estaba asociada con la diosa Perséfone, mientras que en la cultura celta se festejaba con el festival Beltane. En Japón, el hanami celebra la contemplación de los cerezos en flor. Incluso en el antiguo Egipto, la estación se vinculaba con el dios del sol Ra, y se realizaban rituales durante el equinoccio en las pirámides de Giza.
Así, cada 21 de septiembre, las plazas y espacios públicos de todo el país se llenan de jóvenes que celebran la juventud y la renovación de la naturaleza, combinando tradiciones culturales, educativas y festivas.

