Crece la tensión: Rusia podría desplegar misiles tras fin de su moratoria autoimpuesta
Rusia ha declarado que no se siente ya vinculada a una moratoria autoimpuesta respecto al despliegue de misiles de alcance intermedio con capacidad nuclear, lo que podría abrir la puerta a una nueva carrera armamentista en un contexto de crecientes tensiones con Estados Unidos por la situación en Ucrania.
En un comunicado el lunes, el Ministerio de Exteriores ruso relacionó esta decisión con los intentos de Estados Unidos y sus aliados de desarrollar armas de alcance intermedio y su futura instalación en Europa y otras áreas del mundo, citando específicamente los planes de EE. UU. para llevar misiles Typhoon y Dark Eagle a Alemania a partir del próximo año.
Según el Kremlin, estas acciones por parte de Washington aumentan las posibilidades de desestabilización militar cerca de Rusia, representando una «amenaza directa» a la seguridad nacional y peligrosas implicaciones para la estabilidad global, elevando la tensión entre potencias nucleares.
El presidente Vladimir Putin ya había anunciado que Rusia tenía planes de desplegar su nuevo misil Oreshnik en Bielorrusia, su vecino y aliado, aunque no se han proporcionado detalles específicos sobre el despliegue. Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, afirmó que Rusia «ya no tiene limitaciones» y tiene el derecho de actuar conforme a la situación internacional.
La declaración de Rusia vino a raíz de un comentario de Donald Trump sobre el reposicionamiento de submarinos nucleares en respuesta a las «declaraciones provocadoras» de Dmitry Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia. Medvedev, haciendo referencia a la política antirrusa de la OTAN, indicó que este cambio en la postura militar rusa representa una «nueva realidad» con la que los oponentes deberán lidiar.
Los misiles de alcance intermedio, prohibidos por el Tratado INF de 1987, tienen un rango de 500 a 5.500 kilómetros. El tratado fue abandonado en 2019, y el Kremlin había mantenido una moratoria en el despliegue hasta que se produjeran cambios en la estrategia de EE. UU. Sin embargo, con el colapso del tratado, se han reavivado los temores de una crisis de misiles similar a la Guerra Fría.
El Oreshnik ha sido probado por Rusia en el conflicto con Ucrania y es capaz de alcanzar todo el continente europeo. Con velocidades de lanzamiento de hasta 10 mach, estas armas pueden llevar tanto ojivas convencionales como nucleares, y Putin ha destacado su potencial destructivo, sugiriendo que podrían ser utilizadas contra aliados de Ucrania si continúan sus ataques desde territorio extranjero.

