Condenaron a 5 años de prisión a un enfermero que vendía fentanilo y psicofármacos
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Concepción del Uruguay sentenció a 5 años de prisión a Julio Santiago Santillán, un enfermero que aprovechaba su puesto en el Hospital Justo José de Urquiza para sustraer y comercializar peligrosos fármacos.
El condenado, que se desempeñaba como suplente en la Unidad de Terapia Intensiva, fue hallado culpable de delitos que incluyen comercio de estupefacientes, peculado e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Además de la pena de cárcel, deberá afrontar una multa superior a los 5 millones de pesos y ha sido inhabilitado de por vida para ejercer su profesión.
La investigación judicial determinó que Santillán robaba ampollas de fentanilo —un potente opioide sintético— durante sus guardias, ocultándolas en el antebaño del sector de terapia intensiva hasta acumular stock suficiente.
Posteriormente, utilizaba grupos abiertos de la plataforma Telegram para ofrecer la mercadería a posibles compradores, promocionando el fentanilo por su extrema potencia frente a otras drogas como la morfina o la heroína. En sus mensajes también ofrecía diversos psicofármacos como risperidona, carbamazepina y lorazepam.
El desbaratamiento de esta red de comercio ilegal fue posible gracias a una denuncia anónima que motivó la intervención de la Fiscalía Federal, a cargo de Josefina Minatta. Durante el proceso, se autorizó la figura de un «agente revelador» de la Policía Federal, quien bajo el seudónimo de «Ricky» se infiltró en los chats del enfermero.
Tras concretar una compra controlada, las autoridades lograron detener a Santillán el pasado 12 de marzo en posesión de 34 ampollas de fentanilo y diversos blísteres de pastillas.
Durante los allanamientos posteriores se secuestraron más sustancias, cuya trazabilidad confirmó que pertenecían a los lotes oficiales del hospital público entrerriano. En su declaración, el imputado confesó el método utilizado para el robo de los insumos, justificando su accionar en supuestos problemas económicos.
Con este fallo, la justicia dispuso además el decomiso del teléfono celular del acusado, herramienta clave donde quedaron registradas todas las transacciones y ofertas de medicamentos que requieren estricta receta archivada.

