Compromiso de confidencialidad: los funcionarios y oficiales del Cónclave que elegirá al nuevo Papa prestaron juramento
Religiosos y laicos involucrados en la organización del próximo Cónclave tomaron el juramento de confidencialidad en la Capilla Paulina como parte de los preparativos para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Según lo estipulado por la Constitución Apostólica *Universi Dominici Gregis*, quienes participarán en el proceso, previamente aprobados por el Cardenal Camarlengo y los tres Cardenales Asistentes, asumieron este lunes el compromiso formal en la Tercera Logia del Palacio Apostólico.
El juramento expresado incluye la promesa de mantener un estrictísimo secreto, tanto ahora como en el futuro, sobre todo lo relacionado con las votaciones y escrutinios del Cónclave. Además, quienes participan se comprometieron a no utilizar dispositivos de grabación o cualquier tipo de tecnología para documentar lo que suceda dentro del Vaticano durante el desarrollo del proceso electivo.
El compromiso incluye una advertencia severa: cualquier violación acarreará la pena de excomunión automática (*latae sententiae*), reservada únicamente a la potestad de la Santa Sede. Este acto se fundamenta en el decreto promulgado por el Papa Juan Pablo II en 1996, que regula los procedimientos inherentes al Cónclave.
Entre las palabras pronunciadas durante el juramento se declara: “Prometo y juro observar el secreto absoluto con personas ajenas al Colegio de Cardenales electores… Declaro emitir este juramento consciente de que una infracción conllevaría para mí la pena de excomunión *latae sententiae*.” El texto concluye con una invocación a Dios y como acto solemne se coloca la mano sobre los Santos Evangelios.
**Un equipo variado al servicio del Cónclave**
Los participantes incluyen, además de cardenales y religiosos, personal auxiliar cuidadosamente seleccionado para garantizar la correcta realización de las actividades. La lista comprende:
– El secretario del Colegio Cardenalicio junto al maestro de las Celebraciones Litúrgicas, monseñor Diego Ravelli.
– Siete ceremonieros pontificios y un eclesiástico designado como asistente al cardenal presidente del Cónclave.
– Dos religiosos agustinos responsables de la Sacristía Pontificia y confesores en diversos idiomas.
– Servicios médicos, enfermeros y ascensoristas asignados al Palacio Apostólico.
– Personal de limpieza, cocina y encargados de la Florería.
– Trabajadores técnicos, conductores encargados del traslado de los cardenales desde la Casa Santa Marta.
– Dos oficiales de la Guardia Suiza Pontificia encargados de la seguridad en la Capilla Sixtina.
– El director de Seguridad y Protección Civil del Vaticano junto a su equipo subordinado.
Previo a firmar y recitar el juramento oficial, todos los involucrados asistieron a una sesión explicativa donde se detalló el significado y las implicaciones de este compromiso. Posteriormente, cada miembro ratificó su adhesión en presencia del cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo, acompañado por dos protonotarios apostólicos.
Este riguroso protocolo asegura el máximo nivel de confidencialidad en un evento clave dentro de la vida de la Iglesia Católica, marcado por su carácter solemne e inquebrantable discreción.
