Cimbronazo comercial: Trump impone un arancel del 50% al acero y complica a la Argentina
El presidente estadounidense, Donald Trump, confirmó este viernes desde una planta de US Steel en Pittsburgh que duplicará los aranceles a las importaciones de acero, llevándolos del 25% al 50%. La medida, que regirá a partir de la próxima semana, representa un nuevo cimbronazo para el comercio internacional y un baldazo de agua fría para la industria siderúrgica argentina, que esperaba algún tipo de excepción.
Durante su visita, Trump afirmó que el objetivo es “proteger a los trabajadores metalúrgicos estadounidenses” y evitar que otras potencias “roben” su industria. “Vamos a pasar del 25% al 50% los aranceles al acero que ingresa a Estados Unidos. Nadie podrá eludir eso”, aseguró ante una multitud de empleados de la planta.
El anuncio, enmarcado en una campaña por reforzar su base electoral en estados clave como Pensilvania, se produjo pocos días después de que la Casa Blanca apelara una decisión judicial que declaraba ilegales la mayoría de los aranceles recíprocos decretados el 2 de abril.
¿Por qué afecta a Argentina?
La medida complica aún más el panorama para las exportaciones argentinas. Desde febrero, las empresas locales habían quedado sujetas a un arancel del 25%, que entró en vigor el 12 de marzo, pese a los esfuerzos por lograr una exención. Esta no es la primera vez que Argentina enfrenta restricciones similares bajo la administración Trump: durante su primer mandato, el país logró una excepción a cambio de limitar sus exportaciones a 180.000 toneladas anuales por producto. Esta vez, no hubo acuerdo.
Con el nuevo nivel del 50%, las posibilidades de competir en el mercado estadounidense se reducen drásticamente. La industria del acero en Argentina, ya golpeada por la recesión local, enfrenta ahora un escenario aún más adverso para colocar su producción en uno de sus destinos clave.
Trump utilizó la Sección 232, una norma que permite imponer aranceles por motivos de seguridad nacional, como fundamento legal para la medida. El mandatario reconoció que había evaluado un arancel del 40%, pero que terminó optando por el 50% a pedido de los ejecutivos de la industria.
La medida, según dijo, busca blindar a la industria local frente a la competencia extranjera, en un contexto donde Estados Unidos importa el 17% del acero que necesita, mayoritariamente de Canadá, Brasil y México.
Sin embargo, el efecto dominó ya comenzó: las acciones de siderúrgicas estadounidenses como Cleveland-Cliffs (+15%), Steel Dynamics y Nucor (+5%) se dispararon tras el anuncio. En paralelo, la industria de la construcción norteamericana advirtió que el aumento de aranceles puede encarecer materiales esenciales y ralentizar nuevos proyectos.

