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Científicos del CONICET han logrado un avance significativo en el tratamiento de tumores intracraneales

El equipo descubrió que la inhibición de una proteína llamada SHP2 podría frenar el crecimiento de los tumores somatotropos de la hipófisis, un tipo de tumor neuroendocrino intracraneal que afecta a numerosos pacientes.

El trabajo fue liderado por investigadores del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (INICSA, CONICET-UNC), en colaboración con la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y el Hospital Privado Universitario de Córdoba. Publicado en la revista científica *Neuro Oncology*, el descubrimiento detalla cómo este nuevo enfoque terapéutico podría beneficiar a pacientes que no responden a los tratamientos actuales.

Actualmente, los tumores neuroendocrinos hipofisarios (PitNETs) son el segundo tipo más común de tumores intracraneales, siendo los somatotropos uno de los subtipos más frecuentes. Los tratamientos comunes incluyen cirugía transesfenoidal, complementada con fármacos como el Octreótido. Sin embargo, casi el 50% de los pacientes no logra resultados efectivos con estas terapias, lo que refuerza la necesidad de explorar nuevas opciones. El hallazgo sobre la proteína SHP2 abre oportunidades para desarrollar fármacos dirigidos específicamente a esta molécula, ofreciendo una posible solución para quienes enfrentan una respuesta limitada a los tratamientos convencionales.

Según Juan Pablo Petiti, líder del estudio, el descubrimiento tiene implicaciones prometedoras. Su equipo evidenció en modelos preclínicos que la inhibición de SHP2 reduce significativamente la proliferación de estos tumores: «Este avance permite profundizar en esta línea de investigación con miras al desarrollo de nuevas terapias orientadas a mejorar los resultados para los pacientes».

La investigación combinó la experiencia de endocrinólogos, neurocirujanos y patólogos del Hospital Privado Universitario con los recursos científicos del INICSA. A través de diversas estrategias metodológicas, observaron altos niveles de SHP2 en pacientes con tumores somatotropos, asociando dicha proteína con la capacidad del tumor para crecer. Si bien el hallazgo abre puertas esperanzadoras, aún es necesario continuar con estudios preclínicos enfocados en evaluar posibles efectos adversos antes de avanzar hacia ensayos clínicos en humanos.

Petiti, con experiencia en prestigiosos centros como el Instituto Curie de París y el Laboratorio Europeo de Biología Molecular en Heidelberg, afirmó que este es solo el comienzo para perfeccionar tratamientos que algún día podrían transformar la calidad de vida de los pacientes afectados por este tipo de tumores.

 

La ciencia es el futuro.

Según un investigador del Conicet, este trabajo refleja cómo la colaboración entre científicos y médicos puede acelerar significativamente el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas. Al mismo tiempo, destaca la importancia de seguir apostando por la investigación traslacional, fortaleciendo tanto la ciencia como la medicina para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

En este avance participaron Facundo García Barberá, quien fue el primer autor del estudio, Florencia Picech, Liliana Sosa y Florencia Mezger, todos del INICSA. También colaboraron profesionales de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC, como Natacha Zlokowski, Eric Faure y Jorge Mukdsi, junto con los médicos Juan De Battista, especializado en neurocirugía, y Patricia Calafat, del área de anatomía patológica, ambos del Hospital Privado Universitario de Córdoba.

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