Chats revelan irregularidades en el caso del fentanilo mortal
Los explosivos chats internos del personal de los laboratorios Ramallo SA y HLB Pharma Group, propiedad de Ariel García Furfaro, quedaron incorporados en la acusación fiscal por la muerte de 96 pacientes vinculados a la distribución de fentanilo contaminado.
En las conversaciones entre técnicos y directivos se exponen maniobras para ocultar reactivos vencidos antes de inspecciones del INAME y la ANMAT. Incluso, los empleados reconocieron que esas sustancias quedaron “abajo de la lluvia” y al calor, lo que generaba riesgos de derrames y explosiones químicas.
Uno de los mensajes más contundentes señala: “Pudo haber explotado eso tranquilamente”, en referencia al almacenamiento inadecuado de insumos. Otros diálogos muestran que la documentación sobre la trazabilidad del medicamento fue elaborada después de la producción y no en tiempo real, práctica admitida por los propios trabajadores.
La investigación judicial, a cargo del juez Ernesto Kreplak y la fiscal Laura Roteta, sostiene que los imputados “desatendieron múltiples alertas” de los organismos sanitarios y omitieron retirar del mercado los lotes contaminados. Además, se hallaron sellos oficiales de ANMAT en poder de personas vinculadas a la causa y se detectó el uso de etiquetas falsas para encubrir irregularidades en la producción.
Entre los acusados figuran García Furfaro, miembros de su familia, directores técnicos y personal de mantenimiento. Según la Fiscalía, todos conocían las inspecciones próximas y coordinaban, vía WhatsApp, acciones para simular condiciones normales de seguridad y trazabilidad.
El caso estalló a fines de 2024, cuando hospitales bonaerenses denunciaron la presencia de bacterias multirresistentes en los lotes de fentanilo, que derivaron en la muerte de casi un centenar de pacientes. Los chats internos, ahora incorporados al expediente, muestran la desidia y manipulación con la que se operaba en laboratorios que facturaban millones en medicamentos de dudosa calidad.
Infobae
