Casa Rosada analiza ampliar la Corte y busca aliados en el Senado
El Gobierno reabrió el debate sobre la ampliación de la Corte Suprema y empezó a definir los primeros lineamientos políticos para un proyecto que circula desde hace meses. En la Casa Rosada aseguran que la discusión formal comenzará en marzo, pero ya se analizan dos alternativas: elevar el tribunal a siete integrantes —la opción que hoy reúne mayor consenso interno— o avanzar hacia un esquema más amplio, de nueve miembros, que permitiría un reparto político mayor.
La iniciativa surge como una herramienta para destrabar acuerdos en el Senado, donde la mayoría de dos tercios obliga al Ejecutivo a construir alianzas con distintos bloques. En el Gobierno creen que una ampliación de la Corte podría abrir espacios de negociación con gobernadores, peronistas moderados, radicales y fuerzas provinciales. El paquete incluye además discusiones sobre la designación del procurador y la situación de unos 300 jueces federales, un capítulo central para el Congreso.
La estrategia de negociación, sin embargo, divide aguas dentro del oficialismo. Un sector considera que el camino más viable es buscar un entendimiento con los senadores alineados a Cristina Kirchner, mientras que otro impulsa priorizar acuerdos con mandatarios provinciales del peronismo, el radicalismo y partidos locales. “Todavía no está claro cuál es la vía más eficaz”, admiten en Balcarce 50, donde reconocen que cualquier decisión exigirá calibrar equilibrios internos y externos.
Las versiones cruzadas muestran la tensión del momento. Desde el PRO sugieren que ya habría contactos con el kirchnerismo para discutir la integración futura del tribunal, algo que en el Ejecutivo niegan. En el entorno de Cristina, en cambio, sospechan que la Casa Rosada podría estar avanzando con los gobernadores para impulsar una Corte más numerosa y con mayor representación territorial. “No hay escenarios cerrados”, aseguran dirigentes al tanto de las negociaciones.
El kirchnerismo cuenta hoy con 24 senadores, aunque persisten fricciones con los cuatro legisladores de Convicción Federal y la posible salida del santiagueño Gerardo Zamora y Elia Moreno. Si el bloque quedara con 22, Cristina perdería la capacidad de bloquear los dos tercios, un factor que obliga al Gobierno a pensar una mesa de negociación más amplia, donde incluso podría entrar el PRO, que quedará con cinco senadores después de diciembre.
Por ahora, el Ejecutivo insiste en que el debate se activará recién en marzo. Hasta entonces, la Casa Rosada seguirá evaluando el mapa político para definir con quién buscará avanzar en una reforma que podría redibujar el equilibrio judicial y legislativo del país.

