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Boca suma 8 partidos sin ganar y Russo busca soluciones urgentes

Boca Juniors acumula ocho partidos sin lograr una victoria y el entrenador Miguel Ángel Russo es consciente de que deberá implementar mejoras rápidamente.

El último triunfo de Boca se registró el 19 de abril, cuando derrotó a Estudiantes. Desde entonces, el equipo ha enfrentado numerosas dificultades, reflejadas en su debut en el torneo Clausura, que fue un eco de las penurias del Apertura y no se asemejó a las actuaciones prometedoras que mostraron en el Mundial de Clubes contra Benfica y Bayern Munich.

Boca afrontó una abrumadora superioridad por parte de Argentinos Juniors, que aunque no logró concretar su dominio en el marcador. Luego de aquel triunfo en abril, el equipo pasó por una racha de ocho partidos sin ganar, que incluyó la salida del entrenador Gago, un interinato de Mariano Herrón y el ingreso de Russo, quien aún no ha logrado sumar de a tres puntos en los encuentros que ha dirigido.

Las derrotas y empates acumulados han dejado al equipo sin rumbo, con un juego que preocupa. Russo ha señalado que hay aspectos que mejorar, mientras que la falta de actitud del equipo ha sorprendido a muchos. El desencadenante de esta racha fue la derrota en el Superclásico ante River, que concluyó con la salida de Gago. Desde entonces, el rendimiento ha sido opaco, con un partido de octavos de final donde empataron sin goles, logrando pasar por penales, pero sin lograr una victoria en tiempo reglamentario.

La racha negativa se extendió al Mundial de Clubes, donde Boca empató y perdió en sus partidos, mientras que en su reciente encuentro contra Argentinos Juniors, el partido terminó sin goles. En total, Boca ha anotado solo seis goles y ha recibido nueve en estos ocho partidos. Esta falta de competitividad y una clara identidad de juego han llevado a un estancamiento preocupante que el equipo debe revertir urgentemente.

La situación se complica más con el bajo rendimiento de algunos jugadores clave, como Cavani, que no ha podido destacarse y cuyos compañeros también presentan dificultades para contribuir al juego del equipo. La necesidad de un triunfo se vuelve apremiante no solo para romper la mala racha, sino también para recuperar la confianza y restablecer el orden en el juego, ya que el próximo partido se avecina rápidamente. Boca está atado a unas pocas individualidades que todavía no logran reflejar su potencial en la cancha, y el margen de error es cada vez más reducido.

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