Aumento en bienes durables y caída en productos esenciales: retratos de un consumo a dos velocidades
El consumo en Argentina muestra una clara fragmentación que también refleja la dirección del modelo económico de Javier Milei. Recientemente, se dieron a conocer dos informes, uno de la consultora Equilibra y otro de Nielsen, que evidencian un fuerte incremento en las ventas de bienes durables, contrastando con un colapso o escasas mejoras en lo relacionado al consumo básico y de supermercado.
«Estamos observando una dicotomía entre el rendimiento del Consumo Masivo (notable descenso y leve recuperación) y los Bienes Durables (gran expansión tras una caída inicial). Pero no solo crece el consumo Durable, sino también todo lo importado: turismo (servicios) y Bienes de Consumo final», escribió en redes sociales el economista de Equilibra Lorenzo Sigaut Gravina.
En su publicación en la red social X, mostró un gráfico que indica que el turismo emisivo, la venta de automóviles y propiedades ha crecido un 160 en comparación con un punto medio de 100. En cambio, las ventas minoristas, supermercados y el consumo masivo en general se sitúan por debajo del 80.
Este fenómeno se debe, en gran medida, a un dólar barato que favorece a los sectores más altos y medios altos de la población, quienes tienen la capacidad de acceder a divisas para adquirir bienes durables costosos. Por otro lado, la parte más baja de la pirámide social no ha podido recuperar su consumo, no solo debido a los precios altos, sino porque sus salarios no han logrado superar la inflación. «No es cierto que hay personas dejando de comprar atún para comprarse una moto, como dice el Gobierno. La realidad es que el poder adquisitivo no alcanza», reconoció un supermercadista.

