ARCA y EE.UU. sellan convenio para modernizar controles y mejorar trazabilidad
Argentina y Estados Unidos dieron un nuevo paso en su cooperación bilateral tras la firma de un acuerdo entre la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). El titular de ARCA, Juan Pazo, junto al director general de Aduanas, Andrés Veliz, viajó a Washington D. C. para concretar el entendimiento con el subcomisionado ejecutivo adjunto estadounidense, Donald R. Stakes. Según precisaron desde el organismo argentino, el convenio apunta a profundizar la modernización, digitalización y automatización de los procesos aduaneros, además de agilizar el intercambio de información entre ambos países.
El acuerdo permitirá fortalecer la detección temprana de movimientos irregulares, combatir delitos transnacionales y optimizar la trazabilidad comercial. Desde ARCA subrayaron que el objetivo es avanzar hacia una aduana plenamente digital y reducir tiempos logísticos, alineándose con los estándares de la Organización Mundial de Aduanas. La cooperación técnica con la CBP también potenciará los sistemas de control sobre las operaciones agrícolas, en particular las vinculadas al mercado de la soja.
El entendimiento llega en un momento clave, apenas una semana después del anuncio de un acuerdo comercial más amplio entre Buenos Aires y Washington. En esa instancia, Estados Unidos destacó el interés común en promover inversiones, facilitar el comercio de minerales críticos y colaborar en la estabilización del mercado global de la soja. Una fuente oficial confirmó que habrá intercambio de información sobre este sector, aunque aclaró que las operaciones comerciales seguirán dependiendo exclusivamente del ámbito privado.
El debate en torno a las retenciones volvió a escena tras el fallido anuncio de “retenciones cero” implementado en septiembre, que duró menos de tres días y generó malestar entre productores estadounidenses. Algunos actores del agro argentino temen que Washington presione para evitar reducciones en las alícuotas actuales, para no perjudicar a la soja norteamericana en el mercado chino. El canciller Pablo Quirno descartó esa posibilidad y enfatizó que la Argentina mantiene control soberano sobre su política tributaria. Sin embargo, especialistas no descartan que Estados Unidos busque mecanismos de aviso anticipado ante eventuales cambios en las retenciones.
La colaboración aduanera entre ambos países tiene antecedentes desde los años 90, cuando Estados Unidos creó la Unidad de Transparencia Comercial para rastrear operaciones sospechosas ligadas al lavado de activos mediante el comercio exterior. Este organismo utiliza información proveniente de acuerdos similares con distintas naciones, y expertos estiman que el nuevo convenio podría incluir cláusulas para notificar variaciones en el régimen impositivo del comercio agrícola, como el ocurrido en septiembre.
En paralelo, ARCA continúa implementando un proceso de modernización respaldado por organismos internacionales. El Banco Interamericano de Desarrollo aprobó un préstamo por USD 1.200 millones —con USD 800 millones destinados a reformas tributarias—, mientras que el Banco Mundial aportó otros USD 300 millones para simplificar trámites, automatizar procesos y mejorar la transparencia del sistema fiscal. Aunque las cifras son significativas, aún persisten dudas sobre la asignación específica de los fondos.
Este nuevo acercamiento con Estados Unidos refuerza la relación bilateral en un momento en que el sector agroexportador evalúa con cautela cada decisión del Gobierno, particularmente aquellas vinculadas a los derechos de exportación y al futuro del mercado sojero en la Argentina.

