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Al menos diez muertos en una operación israelí en el sur de Siria

Siria condenó una incursión israelí realizada esta madrugada en la localidad sureña de Beit Jinn, que dejó al menos diez sirios muertos, seis soldados israelíes heridos —tres de ellos en estado grave— y tres detenidos. El operativo, dirigido contra integrantes del grupo Jamaa Islamiya, se produjo a unos 10 kilómetros de la frontera y ocurre casi un año después del cambio de régimen en Damasco, en un contexto marcado por negociaciones intermitentes entre ambos países bajo mediación de Estados Unidos.

El ejército israelí sostiene que la redada tenía como objetivo a militantes sospechados de colocar artefactos explosivos improvisados y planificar ataques, incluyendo lanzamientos de cohetes contra Israel. Según informó, la operación fue llevada a cabo por una brigada de reservistas de la División 210, que ingresó para detener a dos sospechosos. Al salir de la vivienda, las tropas fueron atacadas por hombres armados, lo que desencadenó un enfrentamiento y un posterior ataque aéreo con drones.

Medios estatales sirios, en cambio, calificaron la incursión como un “crimen de guerra”, asegurando que entre los fallecidos hay mujeres y niños, además de personas atrapadas bajo los escombros. La agencia Sana informó que el ataque comenzó con fuego de artillería alrededor de las 3:40 de la madrugada, y que residentes de Beit Jinn se enfrentaron a las tropas israelíes, lo que derivó en intensos choques. Varias familias huyeron de la localidad tras los enfrentamientos y los bombardeos posteriores.

Los detenidos, ambos hermanos, pertenecen a Jamaa Islamiya, un grupo suní armado surgido en los años 80 como rama de los Hermanos Musulmanes en Líbano y con presencia tanto en territorio libanés como sirio. Sus posiciones han sido blanco de ataques israelíes en el marco de la escalada regional de los últimos dos años.

El episodio aumenta la tensión en medio de negociaciones trilaterales entre Estados Unidos, Israel y Siria para alcanzar un acuerdo de seguridad. Aunque no se trata de un proceso de normalización diplomática, Siria insiste en que cualquier avance debe incluir el repliegue israelí de zonas cercanas a la frontera y el cese de las incursiones. El gobierno sirio advierte que estas acciones “amenazan la estabilidad regional”.

La caída del régimen de Bashar al Asad, celebrada por Israel como un golpe al eje proiraní, no ha disminuido las sospechas hacia el nuevo gobierno islamista de Ahmed Sharaa. Pese a asegurar en Washington que Siria no busca una guerra con Israel, Sharaa rechaza la desmilitarización de la franja fronteriza exigida por Israel, argumentando que podría dejar el área vulnerable a ataques de terceros.

Fuente: elmundo.es

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